martes, 30 de noviembre de 2010

TÚ OTRA VEZ

Eres tú otra vez quien interrumpe mis sueños.

Eres tu quien logra hacerme reír aun estando triste…

Eres tú quien me envuelve en un abrazo sepulcral y me hace flotar.

Eres tú quien me castiga y se castiga al mismo tiempo.

Mi dolor es el tuyo, mis temores son tus desvelos, mis logros son tus sueños y mi vida es tu vida.

Eres tú quien sabe el momento justo en el que se te necesita y a pareces a mi lado, siempre dispuesto a ayudarme aun a costa de tu vida.

Eres tú quien guía mis pasos y me lleva de la mano a la felicidad.

Eres tú mi sombra, quien me envuelve con su capa oscura acompañándome en mis momentos de soledad.

Eres tú otra vez quien aun después de muerto sigues a mi lado como fiel amante; y lo seguirás siendo hasta el fin de mis latidos.

MI ÚLTIMO GRITO


¿Qué es todo esto? ¿Donde están todos? No veo nada, todo esta muy oscuro.

Mamá, ayúdame por favor, no quiero estar sola.

Me siento flotar, es tan liviano.

¿Dónde están? ¿No me escuchan?

¡Por dios! ¿Dónde estoy?... ¡ah! ya me acuerdo… se supone que acabo de lanzarme desde una acantilado. ¿Estaré muerta? Será por eso que no siento dolor. Estoy muerta… ¡que graciosos!

¿Por qué lo hice? no quiero, no quiero… No puedo estar muerta, se supone que los muertos no tienen conciencia de sí mismos. Por favor no me dejen morir, no me condenen al silencio eterno.

Mamá, mamá tengo mucho…mucho miedo… ¡AYUDENME!

OJOS NIEBLOS


Fríos y distantes, dos orbes carbónicas que se presentan como emblemas extraviados en medio de dos cuencas abismales; custodiados celosamente por una maraña ondulada de brochas pobladas.
Una mirada perdida, nublada, que incomoda a quien se la tope, que te atraviesa y lee cada rincón de tu alma sacando a flote todos tus demonios internos. Una mirada que es capaz de desnudarte y te hace temblar de terror al verte reflejada en esos sagaces ojos que todo lo ven pero al mismo tiempo ignoran el poder que se esconden en ellos. Unos ojos bizcos, una mirada turbia, unos ojos nieblos.