Esto es demasiado aburrido, más de lo que pueda imaginar. No hay nada que alegre mi existencia, no hay alguien que me haga la vida más interesante.
Todos los días lo mismo, la misma rutina: comer, estudiar, trabajar, dormir.
Sin embargo no tengo intención de cambiarlo, por costumbre o talvez por flojera.
-buenos días, revisa esos documentos- me urge mi jefe.
Suspiro profundamente y comienzo a revisarlos sin prestar más atención de la necesaria.
La misma rutina, la misma dejadez…
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